Todos sentimos que hay algo que no funciona, que hay algo terriblemente mal y que se está poniendo peor día a día, y no sólo en España, sino en todo el mundo. El problema no es la economía, ni siquiera los políticos, ni tampoco son los bancos. El problema en última instancia es cómo usted piensa, cómo entiende las cosas, y cómo hace para tomar sus decisiones.
Estamos aprisionados por cadenas invisibles de todo un sistema que hace que el “1984”, el Gran Hermano de George Orwell sea un “pegote” en comparación. Nos han impuesto una versión “a lo Walt Disney” de la política, de la economía y de la historia moderna que NO PUEDE SER CUESTIONADA NI INVESTIGADA, y donde sólo hay “buenos” y “malos”: héroes o villanos. Pero obviamente, esto nos yerra porque todos sabemos que las cosas no son blancas o negras, sino que la verdad está en algún tono de gris en el medio. Porque para colmo, los “buenos” en la historia moderna, ELLOS, son los que ganan: ya sea izquierda o derecha, multinacionales o sindicatos, gobiernos de un país o de otro, opresores o libertadores,… todos pertenecen al mismo bando.
De manera que esto es una guerra psicológica, de ideas: la madre de todas las guerras. Una guerra tranquila con armas silenciosas. Donde el enemigo no se ve, pero actúa, y la única víctima somos TODOS. Es la “Guerra de Siglos”. La guerra del Nuevo Orden Mundial.
¿Y qué es el Nuevo Orden Mundial? No es ni más ni menos que la híper-estructura, a nivel planetario, de una gobernanza mundial liderada por una pequeña elite invisible de psicópatas internacionales, que controla más del 90% de los recursos naturales, energéticos, económicos, tecnológicos y humanos del mundo, a través de instrumentos tales como: feroces corporativismos; crisis financieras, banca y especulación; política y religión; corrupción; privatizaciones; colonialismo e invasiones; alianzas nacionales e internacionales; amenazas y extorsión; eliminación de cualquier oposición real a este sistema; inventos censurados; medios de comunicación; narcotráfico; instituciones y ONGs; educación; venta de armamento; guerras ilegales e intencionadas; auto-atentados terroristas premeditados; control de la población por el estudio de sus comportamientos; publicidad, enfermedades creadas en laboratorios; control del clima; hambrunas provocadas y consentidas, desastres naturales, eugenesia, etc.
Lo que vemos en nuestra realidad cercana es sólo un reflejo de lo que ocurre en las instancias superiores.
Su máxima es “Orden a través de Caos”, que es llevada a la práctica mediante un simple esquema de trabajo: PROBLEMA-REACCIÓN-SOLUCIÓN. Pongamos un ejemplo: Se produce una crisis financiera global, a causa de la especulación de unos pocos, de grandes y pequeños. La reacción es inmediata: caen las bolsas en todas partes; el crédito se restringe; los países entran en recesión; las personas no consumen; sube el paro, se crea malestar social… hasta llegar a usted, “el culpable de todo”. Después de esta debacle, vienen los “buenos” de un lado o de otro y nos imponen “medidas temporales”, duras pero necesarias, para salir de esta situación, a costa, siempre como no, de restricciones en nuestras libertades. ¿Es claro, no? Los acontecimientos individuales no tienen sentido, pero sí en conjunto.
Esta dictadura mundial tiene como algunos objetivos los siguientes: 1º) Reducir drásticamente la población mundial; 2º) Controlar todos los recursos naturales del planeta; 3º) Crear una única moneda mundial semejante al Euro; 4º) Establecer una religión única; 4º) Destruir todo rasgo cultural, nacional, regional que impida la consolidación de dicha estructura supranacional.
Pero, ¿Por qué hemos llegado a ver perpetuado este sistema mundial a lo largo de la historia? Obviamente porque ELLOS COOPERAN y NOSOTROS NOS MATAMOS. Además vivimos cada vez de forma individual, en un útero artificial placentero, falsamente llamado DEMOCRACIA, controlado por ellos mismos, que nos da calor y lo mínimo para vivir: pan y circo. Nuestra pereza le ha otorgado su poder, que no es ni más ni menos que el nuestro para decidir.
Como dijo alguien “el mundo se divide en tres clases de grupos de personas: un grupo muy pequeño que produce acontecimientos, otro grupo un poco más grande que asegura la ejecución y mira cómo acontecen, y por fin, una amplia mayoría que no sabe nunca lo que ha ocurrido en realidad”. No es una teoría de la conspiración. Ya va siendo hora de que nos demos cuenta de la autentica realidad. Y solamente nos quedará RESISTIR O COLABORAR.
