En este artículo expongo mi experiencia sobre mi batalla contra los abusos financieros y las malas prácticas bancarias que estamos padeciendo cada día los consumidores:
Esto comenzó un día cuando, oyendo el programa El Público de Jesús Bigorra en Canal Sur Radio, un hombre de Alicante animó a los andaluces a informarse y reclamar dichas cláusulas. En seguida, miré mi préstamo hipotecario y comprobé que estaba inserta dentro de mi escritura. Este hecho sucedió durante el 2011 y me preocupé por cada día saber más del tema. Desde entonces, en el citado programa han pasado infinidad de gente y de noticias respecto de la cláusula suelo y testimonios de personas afectadas que con mucho sacrificio apenas pueden cada mes hacer frente a unas cuotas que no bajan a la vez que disminuye el Euribor y que están provocando una situación de enriquecimiento injusto del Banco, con un correlativo perjuicio económico para los clientes que, un buen día depositaron toda su confianza en el buen hacer de las personas que allí se encuentran. En el Programa participan varios colaboradores como Arturo Arévalo, Joaquín Moeckel (abogado), Antonio Hurtado (notario) y Ángel Yagüe, siendo éste último asesor financiero y dando este los pasos para quitar por las buenas la cláusula sin tener que demandar a ninguna entidad.
Primero, me dirigí al Director de la Entidad Unicaja Banco SAU en varias ocasiones y su contestación fue directamente que estaba bien puesta y que, por consiguiente, no había nada que hacer al respecto.
Segundo, por buro-fax escribí al servicio de atención al cliente en Málaga, el cual siempre me respondió que la cláusula era legal y que nada iba a hacer la entidad en su caso. Por tanto que recurriese a los Tribunales de Justicia.
También me dirigí al Defensor del Pueblo Andaluz que me ofreció abogado de oficio para reclamar que, concretamente, en mi caso no me correspondía por los ingresos.
Otro paso de mi camino fue dirigirme al Banco de España que me contestó que la entidad financiera Unicaja se apartó de las buenas prácticas financieras y obró con falta de transparencia. Dicho escrito me dio fuerza y sirvió de base para que, posteriormente, demandara a la entidad judicialmente. Entretanto, se produjo la sentencia Tribunal Supremo del 9 mayo del 2013, que condenó a varias entidades a quitar las cláusulas suelo de sus préstamos hipotecarios. Con esta Sentencia del Tribunal Supremo, de nuevo me dirigí por escrito al servicio de atención al cliente para que reconsiderasen la sentencia y mi petición de eliminación del suelo, pero me contestaron por segunda vez que a ellos no les afectaba y que, por tanto, siguiera mi camino por la vía judicial.
También expuse mi caso en un pleno del Ayuntamiento de Benamejí para que mis paisanos se informasen y reclamasen en el caso que fueran afectados. En ese tiempo, José Ropero, aún de Alcalde, citó a los directores de los bancos de Benamejí a una reunión para que intentaran arreglar este tema… y todo quedó en palabras. En Junio de 2013 interpuse demanda, señalándose vista previa para noviembre de 2014 y juicio para septiembre de 2015.
Tras la celebración del Juicio se ha demostrado que mi lucha no era un capricho sino que puede pasarle a cualquiera que haya firmado hipotecas desde 2004 en adelante que tengan su cláusula suelo abusivamente puesta y por tanto estén pagado de más y con derecho a devolución cantidades injustamente cobradas por los bancos que perjudican seriamente la complicada situación de crisis económica que estamos padeciendo y pagando. En consecuencia, la Ley me da la razón y me devuelven desde 9 mayo de 2013, con sus intereses, se declara nula la cláusula suelo con lo cual me ahorro cada mes 190 euros aproximadamente, además de las costas de todo el proceso judicial.
Mi única intención con este artículo es poner de manifiesto que mi lucha puede servir de camino a muchos hipotecados que lo están pasando mal y con cargas familiares a las espaldas y, muchos de ellos, incluso sin empleo. Para que se animen y hagan hacer valer sus derechos.
Está demostrado. Sí se puede.
