El traslado de los restos mortales de los Marqueses de Benamejí

Francisco de Paula Bernuy Aguayo, VIII marqués de Benamejí, construye la ermita de Ntra. Sra. del Carmen en el siglo XIX en el montoreño cortijo Escalera, donde labra un panteón familiar en el que recibe cristiana sepultura Juan Bautista Bernuy y Valda, VII marqués, y María del Carmen Aguayo y Aguayo, su esposa; así como el mismo Francisco de Paula y su cónyuge Feliciana Jiménez de Coca y Pérez.

MANUEL GARCÍA HURTADO.

Con la enajenación de dicha finca agrícola, el nuevo propietario de la misma traslada dichos restos mortales al cercano cementerio de Villa del Río, depositándolos en simples bóvedas a las que le coloca unas lápidas identificativas de mármol blanco.
Cuando tuve conocimiento de tal circunstancia, me puse en contacto con el alcalde de Benamejí y con el de Palenciana para gestionar el traslado de dichos restos a los cementerios de las citadas localidades, y en dicho proceso nos encontramos.
¿Por qué Francisco de Paula se traslada a Benamejí y Juan Bautista a Palenciana?…”Tanto monta, monta tanto Isabel como Fernando”. Cada uno de los anteriores marqueses se preocuparon tanto de Benamejí como de Palenciana, y ambos dejaron huellas de su buen hacer en ambos pueblos. Juan Bautista coloca el magnífico retablo del altar mayor que luce en la parroquia de Palenciana y dona un precioso y estilizado cáliz de plata para los actos litúrgicos que se celebran en dicha iglesia parroquial. Con toda seguridad que dicho marqués hizo otro tanto y mucho más por Benamejí. Pero ya sabemos lo que nos dice el refranero popular: ¿qué dedo me corto que no me duela?. Seleccionar y discriminar siempre es difícil, comprometido y un tanto preocupante.
Francisco de Paula interviene activa y acertadamente en el planteamiento de la solución del difícil problema de la Dehesa Boyal, una cuestión que única y exclusivamente incumbe a los vecinos de Benamejí. Es cierto y verdad que no llega a concluir su definitiva solución porque la fría guadaña de la muerte se le adelanta en pocas fechas, pero no es menos cierto que dicho marqués sienta las bases para su definitiva solución. No debemos olvidar que la cuestión de la Dehesa Boyal, a mi entender pudiera ser asunto económico-social más importante que atañe a Benamejí a lo largo de los siglos XIX y XX.
Consideramos que lo verdaderamente interesante se concreta en el hecho de que los restos mortales de los mencionados marqueses reposen con toda dignidad en los municipios de su propio estado solariego. Este es, sin lugar a dudas, un acto de estricta justicia y de merecido reconociendo, ya que ellos se preocuparon por el bienestar de nuestros antepasados. Además, sus panteones constituirán un signo tangible de nuestra propia historia, y los mismos podrán ser un magnífico reclamo para el desarrollo del turismo rural sostenible, el cual impulsará el desenvolvimiento económico, social y cultural de nuestra comarca.

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