La retirada de la cruz de los caídos el pasado 2 de octubre a las 8 y cuarto de la mañana ha causado, como era de esperar, opiniones de todo tipo.
Están los que están completamente a favor de la retirada de este monumento de exaltación franquista, los que están en contra de la retirada de un monumento religioso situado a un costado de la iglesia, los que se sienten ofendidos porque en la cruz habían inscritos familiares directos o los que simplemente afirman que se trata de cumplir la ley que rige actualmente nuestro país.
Lo cierto es que, en la ley de Memoria Histórica, promulgada por el Gobierno de Zapatero en el año 2006, se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas en favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la Dictadura, se incluye el reconocimiento de todas las víctimas de la Guerra Civil, las víctimas de la dictadura, la apertura de fosas comunes en las que aún yacen los restos de represaliados por los sublevados en la Guerra Civil o la retirada de los símbolos franquistas de las vías públicas.
Dicha ley establece que los escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación personal o colectiva del levantamiento militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura deberán ser retiradas de los edificios y espacios públicos. La retirada no será de aplicación cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas, o artístico-religiosas protegidas por la ley, lo cual podrá aplicar a iglesias.
La cruz de los caídos de Benamejí data de comienzos de los años 40 y se trata de un monumento de unos cuatro metros de altura en el que se homenajeaba a los benamejicenses caídos en la sublevación militar franquista del año 1936, más conocida como Guerra Civil Española.
En la parte inferior del monumento estaban inscritos un total de 27 nombres de benamejicenses que participaron en la guerra civil y que perdieron su vida defendiendo al bando nacional.
Tras varias peticiones por parte de los miembros de IU en el Ayuntamiento de Benamejí y tras la aprobación en pleno de la creación de una comisión de información sobre el tema, se decidió poner en marcha los trámites oportunos para quitar de su ubicación el monumento.
Durante la retirada de la cruz los operarios sólo pudieron rescatar la parte de arriba, es decir, la cruz propiamente dicha, que será trasladada al cementerio municipal. El resto de piezas se encontraban en mal estado y se rompieron durante la demolición.
En el lugar donde se encontraba la cruz de los caídos se colocará una placa de granito de 90×80 centímetros con la siguiente inscripción: “En recuerdo a todas las víctimas de la guerra civil. Benamejí 2009”.
