La Cofradía de la Santísima Virgen de la Cabeza de Benamejí ha participado en los actos y cultos extraordinario con motivo del I Centenario de la Coronación Canónica, del I Centenario de la proclamación como Patrona de Andújar y del Cincuentenario de la proclamación como Patrona de la Diócesis de Jaén y del Cincuentenario de la Recoronación Canónica de las Santísima Virgen de la Cabeza en los pasados días 23 a 27 de abril de 2009.
El Presidente de la Cofradía D. Juan Fuentes y Sra. nos recibió a un grupo de amigos con las manos abiertas. Nos ofreció la hospitalidad y los alimentos de la casa construida con el esfuerzo de todos los hermanos cofrades. Nos mostró sus dependencias. En ellas pudimos observar el cuadro que regaló la Cofradía de la Virgen de Gracia en el acto organizado en 2006 con motivo de su Coronación. Como cada año, su Hermano Mayor es diferente y este año le ha correspondido ese honor a D. Cristóbal Cobos Muñoz y su señora Pepa. Enhorabuena por la gran casa de acogida y devoción que tienen nuestros paisanos de la Cofradía de la Santísima Virgen de la Cabeza de Benamejí tienen en el Cerro del Cabezo.
No tenemos palabras para narrar y describir la devoción de los presentes en la Romería.
Previamente a la procesión, el obispo de la diócesis de Jaén, Ramón del Hoyo, presidió la misa principal en la que este año han participado, además de la Cofradía Matriz de la Virgen de la Cabeza de Andújar, más de 60 cofradías filiales de cinco comunidades autónomas (Andalucía, Castilla la Mancha, Comunidad de Madrid, Valencia y Cataluña), y entre ellas la nuestra localidad, con un sitio preferente dentro del protocolo de las mismas.
Sólo llovieron pétalos ese día en Sierra Morena al paso de la Virgen de la Cabeza. Ni una gota de agua durante la procesión. Los pronósticos meteorológicos daban una posibilidad de lluvia altísima entre las doce y las tres de la tarde, cuando se esperaban más de diez litros de agua por metro cuadrado. Justo la hora en la que la Virgen sale al encuentro de sus romeros. El cielo encapotado del amanecer parecía confirmar los pronósticos. Pero llegó la hora y las nubes se sujetaron. Más aún: salió la Virgen al atrio del Santuario y el viento empezó a despejar el cielo. Con retraso, pero la Virgen inició su baja del Cerro. Antes de llegar a la plaza ya picaba el sol en las cabezas de cientos de miles de romeros que han disfrutado de una cita histórica en el Cerro.
Subidos a las andas, los padres trinitarios Rafael Márquez, superior de la Comunidad Trinitaria de Andújar, y Sergio García, natural de Alcalá La Real y superior de la Comunidad Trinitaria de Sevilla, cumplían con otra de las tradiciones de la Romería: pasar por el manto de la Morenita cualquier cosa que llegase volando hasta su jurisdicción: medallas, prendas de vestir y decenas de niños que son llevados en volandas desde los brazos de sus padres hasta el regazo de la Virgen.
Debajo de ellos, los anderos hacían su trabajo, aún con el regusto dulce de la histórica jornada del sábado y el chapuzón en el Jándula. «No lo teníamos pensado. Salió así. Fue una subida muy rápida. Volamos con la Virgen, como si no lleváramos nada», decía Juan Manuel Cañado, con once años de experiencia bajo el trono. Ayer, uno de sus compañeros amarró en los varales del templete una medalla justo antes de salir. Una medalla que ha llevado al cuello muchos años el andero Manuel ‘Listones’, este año aquejado por una grave enfermedad.
La imagen lucía el manto y la corona elaborados con motivo de la conmemoración del centenario, cuyos diseños eran obras del artista andujareño Pedro Palenciano y habían sido bendecidos por el Nuncio del Papa en España, Manuel Monteiro de Castro, durante la celebración de la misa pontifical que tuvo lugar el viernes en Andújar. El nuncio, según explicó ayer el Obispo de la diócesis, monseñor Ramón del Hoyo, se había marchado «encantado e impresionado, con una opinión muy favorable» después de la demostración de fe que había visto en torno a la Virgen de la Cabeza en su visita a Andújar.
La Virgen regresó a su templo a las tres y media de la tarde, hora prevista por la organización, tras una emocionante procesión. Y nada más meterse por la puerta del Santuario comenzó a llover. Un fuerte chaparrón, que el cielo aguantó el tiempo justo.
Por último, explícitamente con el grupo de lucentinos asistentes a la Romería de la Virgen me comprometí a trasladar de estas páginas “la felicitación a los componentes de la Cofradía benamejicense por la acogida recibida, el trato humano que le dispensaron y la mirada a la Virgen que pudieron disfrutar desde la puerta de la casa al paso de la Romeria. Gracias”.
