“Cumplí mi labor con la máxima voluntad y no me arrepiento de nada de lo que hice”

Entrevistamos al ex alcalde de Benamejí en los años 60, José Arias

00jose-arias¿Cómo fue su niñez? ¿Qué recuerdos tiene de su infancia?
Mi infancia fue la normal de un crío que, desde pequeño comenzó a ir a la escuela. Hice la primaria con Eduardo Granados, que en paz descanse. En aquel entonces los colegios estaban repartidos. Había uno en la esquina de la calle Sol, otro en la esquina de la calle Aguilar, y muchos más. Eran como habitaciones únicas.
Antes de ir a la escuela me llevaron a una “miga”, que era un sitio de recogida de niños, algo parecido a una guardería. Después estuve en la clase de Pineda, que era un maestro particular, muy duro, de los de “la letra con sangre entra”. Y después estuve con Don Eduardo con quien me preparé el examen de ingreso e hice el bachiller.

Después decidió hacerse profesor ¿Cómo fue?
Hice la carrera en Córdoba viviendo con mi tía, la hermana de mi madre, que vivía allí, aunque posteriormente se fue me tuve que ir a vivir a una pensión. Terminé la carrera en el año 50 y el curso 50/51 ejercí de maestro novel aquí en Benamejí. Lo recuerdo con cariño porque habilitaron un pajar en la casa donde vive Villegas y daba al patio del Molino de mi suegro donde a través de la ventana podía ver a la que después se convirtió en mi mujer.
Después me propuse licenciarme en Filosofía y Letras e ingresé en la facultad de Granada. Pero en el curso 51/52 el director de la normal de Córdoba, con el que tenía muy buen trato, me llamó y me nombró maestro en La Rambla.
Posteriormente me preparé las oposiciones y lo más cerca que había plazas fue en Toledo y gracias al apoyo de mi padre me decidí a ir a hacer las oposiciones y fui el número uno y conseguí una plaza en un pueblo llamado Hinojosa de San Vicente donde hice dos cursos. Después solicité traslado y me concedieron plaza aquí en Benamejí. Cuando llegué aquí tuve que hacer la milicia y al volver ejercí aquí como maestro y monté una académia para los bachilleres donde estudiaron personas que hoy en día son catedráticos o incluso magistrados del Tribunal Constitucional. Manuel Aragón, José María Arias, Josefa Gómez, Paco Moyano fueron muchos de los que pasaron por nuestra académia.
Siempre me ha gustado mucho la docencia.

¿Cómo entró en el mundo de la política?
Cuando volví, en el año 56, me nombraron delegado de Juventud y posteriormente nombraron de alcalde a un tío abuelo mío, pasé a ser primer teniente de alcalde.
Desde que estudié pertenecía a la Organización Juvenil Española que hacía campamentos de verano, deportes y demás actividades. Por eso tenía bastantes contactos en Córdoba y cuando llegué a Benamejí me nombraron delegado de Juventud.
Posteriormente con el nombramiento de mi tío abuelo pasé a ser primer teniente de alcalde y como mi tío era una persona mayor, al que le tocaba siempre el mochuelo era a mí, así que durante este tiempo aprendí mucho y cuando mi abuelo dejó el cargo me propusieron a mí directamente como alcalde.
Al entrar en el cargo tuve un problema con la edad, ya que no consideraban oportuno que un hombre con menos de 30 años fuese alcalde. Incluso se llegó a decir que el alcalde más joven nombrado fue Miguel Primo de Rivera en Jerez y hubo quién dijo que eso no era así sino que el más joven era yo.

¿Qué nos puedes contar de tu periodo como alcalde?
Yo tenía la idea clara de que un pueblo sin cultura no podía seguir adelante. Consecuencia de eso, de cuatro escuelas que había cuando yo volví, se pasó a tener 30 escuelas. La enseñanza para mi fue algo obsesionante. Se creó un colegio libre adoptado que era un lugar donde los alumnos podían estudiar bachiller y donde nosotros también colaborábamos. El secretario del Ayuntamiento daba clases de historia, yo también daba clases, el boticario daba clases de ciencias.
Además los actuales colegios se construyeron en mi época. Habían infraestructuras que había que acometer por que el pueblo lo necesitaba, como el agua hasta las casas, el alcantarillado, la red eléctrica de alta y baja tensión
En el terreno de la salud, Benamejí fue el primer pueblo donde se hizo una campaña contra la poliomielitis.
En infraestructuras, junto con las anteriormente mencionadas, se construyó la Casa Cuartel de la Guardia Civil, el Mercado de Abastos (hoy Casa de la Juventud), el Matadero, la primera piscina de localidad y junto a ella el viejo campo de fútbol. Infraestructuras adaptadas a aquellos tiempos y que han perdurado algunas hasta el día de hoy.
Como se sabe no se contaba con una sede del Ayuntamiento en la localidad. Uno de los primeros proyectos, precisamente fue rescatar el Palacio (del que se han dicho tantas cosas) como centro cívico, político y cultural. Ocupaba una gran extensión y se podía utilizar para cualquier cosa. De hecho, el gran arquitecto Rafael de la Hoz hizo un proyecto para la consolidación del mismo.
En el Palacio vivían 30 familias que pagan de arrendamiento una peseta. Su desplazamiento a otros lugares ya era un gran problema. Para el posible rescate de la estructura constructiva se trasladó a verlo el propio Presidente de la Diputación de Córdoba y técnicos de la misma. Directamente me dijo “que no había dinero  para ejecutar el proyecto”. Incluso le comenté que si era yo capaz de buscar otras fuentes para llevarlo a cabo, la Diputación estaría encantada.
Y se iniciaron unas obras de reformas en las cubiertas del Palacio. De hecho se quitaron íntegramente porque las maderas de las mismas estaban podridas, Los tejados en muy malas condiciones por su no conservación durante muchos siglos. Tened en cuenta que el mismo se encontraba totalmente abandonado, no se realizaba labor de mantenimiento, en aquellos tiempos no había dinero, y las preocupaciones por la conservación del patrimonio local en las instituciones provinciales o estatales eran nulas. Incluso hubo una reforma del proyecto inicial, con menor consolidación del recinto construido que la siguiente Corporación por los motivos que fuesen no llevó a cabo. Posteriormente la solución fue difícil, pero te reitero que se hizo todo lo humanamente posible en esos tiempos (años 70).
Ante esta situación de alarma y peligro, los técnicos en obras de la Diputación dictaminaron “la declaración en ruinas del edificio”, y no como se ha comentado que fueron los técnicos del Ayuntamiento, que en aquellos tiempos no había. Incluso se dijo que lo había derruido porque se iban a construir la que hoy es mi vivienda. Incomprensiblemente se destruyó, se declaró en ruinas.
Se ha hablado mucho del tema, en politica todas las cosas no se pueden hacer bien, pero lo que sí digo “es que he cumplido con la máxima voluntad y no me arrepiento de nada de lo que hice”. Es un orgullo vivir todavía en mi pueblo, y jamás nadie desde entonces se ha quejado de actuaciones que le pudieron perjudicar. Tengo la conciencia muy tranquila.
Incluso la mayor parte del derribo del edificio lo llevó a cabo la Corporación Municipal que siguió a la finalización de mi Alcaldía.
Os comento que en el Palacio vivian familias desde hacía mucho tiempo, era el mercado de abastos de la localidad, y en las habitaciones tambien estaban depositados los bienes que se vendían,

¿Recuerda en qué estado se encontraba y que piezas fueron recuperadas de su derribo?
De valor, el propio Palacio. Enseres, muebles, … no había. Las habitaciones estaban ocupadas por familia. En la capilla no había retablo. Pienso que tenía mucho valor la cúpula que existía en la escalera. Las columnas estaban en muy malas condiciones, y las maderas como he dicho anteriormente estaban muy deterioradas. De hecho tras el derribo piezas arquitectónicas, maderas, columnas, piedras…   fueron depositadas por la siguiente Corporación en un recinto que estaba en la grieta. Posteriormente no sé qué se ha hecho con las mismas.
En la calle que hay entre el Ayuntamiento y el Hogar del Pensionista existían en el subsuelo unas habitaciones enladrilladas que estaban destinadas en aquel tiempo para acoger el Museo romántico del Bandolerismo.
Pensad que los alcaldes actuales, obviando la crisis, han dispuesto de mucho dinero subvencionado por las instituciones, y se han podido realizar muchos proyectos. Recuerdo que cuando me designaron alcalde el presupuesto del Ayuntamiento era de 600.000 pesetas( 3.600,00 euros). No se podían pagar ni los sueldos de los cuatro funcionarios que había.
De todas formas, toda persona que ocupa un cargo público ha de estar sujeta a la crítica, crítica constructiva y no la que se realiza con saña o con el ánimo de ofender.

También fuiste el primer pregonero local de Nuestra Señora de Gracia Coronada.¿ Que recuerdas del acto?.
Recuerdo que me lo dijeron el 15 de agosto, casi sin tiempo. Me fui de veraneo con mi familia a un pequeño apartamento. Me tenía que levantar muy temprano y lo hice poco a poco. Eso sí, con mucha fe y responsabilidad. Supuso mucho para mí hablar cara a cara con la Virgen, hablar con alguien que llevas dentro desde que eres niño. Me emociono cada vez que lo recuerdo .
Su preparación me sirvió como si fueran unos ejercicios espirituales, y las lágrimas me brotan cuando lejos de la localidad lo escucho. Le puse mucho calor interior, mucha alma  e intencionalidad interior.

Una obra que te hubiese gustado publicar o que esté pendiente de publicación.
Tengo muchos embriones de obras para publicar. Muchas fichas elaboradas a día de hoy. Entre otros, “El flamenco en la zona”, “Los toros en nuestra comarca”… Cuando me jubilaron creía que iba a tener más tiempo. El día a día me ha demostrado lo contrario.
Si Dios me dá vida desearía dejarle a mis nietos una historia personal vista desde varios primas, donde reflejaría muchos detalles, cosas inconexas … pero en fin lo intentaremos.

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